INEE. Una mezcla de crítica, lamento y
disculpa.
Tristeza,
pena y vergüenza me embarga ver como todo un gran proyecto, que casi logra consolidarse
como programa, finalmente como se dice coloquialmente en Chile, “se va a la
punta del cerro…”
Hoy
día 15 de mayo de 2019 la idea de alguien cuya intención solo fue aportar algo
útil a la educación mexicana, se extingue, se apaga y deja de ser formalmente;
aquella idea, sueño y propósito que vio la luz del día el 8 de agosto de 2002 (2019
INEE), hoy por acuerdo presidencial, por la votación mayoritaria calificada de
las dos Cámaras del Congreso de la Unión y por la aprobación de la mayoría de
las legislaturas estados de la República, desaparece.
Hoy
después de casi 17 años, el Instituto Nacional para la Evaluación de la
Educación, el INEE, deja de existir. Ese INEE que el 27 de febrero de 2013 con
bombos y platillos asumió pomposamente el carácter de ORGANISMO PÚBLICO
AUTÓNOMO (Diario Oficial de la Federación, 2013), da un forzado paso al
costado, para dar vida a un nuevo “organismo público descentralizado, con
autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión, con
personalidad jurídica y patrimonio propios, no sectorizado” (Diario Oficial de
la Federación, 2019), con lo cual pareciera que finalmente se me da la razón
cuando afirmé en 2012 sobre la autonomía del INEE: “aun cuando su autonomía es
conveniente, no aportará gran cosa a la mejora educativa por sí misma” (Palafox.
2012).
Hoy,
el sueño de un gran profesional, de un hombre comprometido con la educación
mexicana llega a su fin. El INEE logró muchas cosas, miles, muchas de ellas
buenas, excelentes las más, pero en definitiva, tan solo duró poco más de 16
años y hoy asistimos a su ocaso, el cual quizá se deba precisamente a que sus últimos
sucesores y quienes formamos parte de él, volamos demasiado alto sin haber
entendido a cabalidad la responsabilidad e importancia en que se incurría al
adquirir la calidad de ORGANISMO PÚBLICO AUTÓNOMO, sino que se siguió siendo
comparsa de la autoridad federal que nos concedió dicha calidad, sin hacer
honor a la misma y sin asumir el papel que se esperaba del INEE Autónomo, en
tanto que (Palafox. 2018):
1.
Nunca,
haciendo gala de un juicio técnico riguroso y autónomo, nos opusimos a
participar en el Servicio Profesional Docente (SPD), estrategia qué si bien en
principio pareciera una medida lógica, justa y racional, en los hechos según el
propio exsecretario de Educación Pública (Otto Granados) a diciembre de 2017
solo el 30% de la vacancia cumplía con las normas y procedimientos exigidos[1], hecho también denunciado
por el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (Clark, 2019).
2.
Nunca,
se denunció pública y oficialmente los efectos perversos del SPD en detrimento
de la calidad y equidad educativa, modelo que no fue acompañado de estímulos
económicos y educativos que hicieran más atractivas las plazas donde están las
poblaciones más carenciadas y necesitadas del país; lo cuál en los hechos, hizo
que los mejores docentes se destinaran a las mejores escuelas y los que obtenían
los menores puntajes se les ofrecieran las plazas en las zonas más marginadas.
3.
Nunca,
logramos ni siquiera como el borrico de la fábula, “tocar la flauta” que nos
permitiera desligarnos de nuestro karma, el SPD; nunca por más recursos que se
invirtieron y cambios realizados, se entendió que las campañas de difusión para
desligarnos de las responsabilidades que corresponden a otros, no debían ser en
los escaparates comerciales donde sacian sus curiosidades las clases distantes
de nuestra población objetivo, sino que debieron ser dirigidas a donde abrevan
la información los docentes.
4.
Nunca
tampoco, se denunció que el problema de la corrupción, venta de plazas y demás
vicios de la gestión del sector educativo no fue -ni es- responsabilidad de los
docentes, por lo que nunca se debió de haber instrumentado medidas que pusieran
en el entredicho social su labor y desempeño profesional; debiendo sí,
denunciar a quienes incurrieron en responsabilidad legal y hasta penal por esos
hechos, las autoridades de turno, qué a cambio de pírricas ganancias
electorales, renunciaron a la obligación que la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal les establece de ser los rectores del sistema
educativo mexicano (Artículo 39).
5.
Nunca,
se asumió que “la evaluación educativa no
es un fin en sí mismo, ni representa la fundación del sistema educativo
mexicano, éste, deviene de muchas décadas atrás y está compuesto por diversas
acumulaciones históricas, producto de varias generaciones de mexicanos y
mexicanas”. (Palafox, 2013).
6.
Nunca,
por falta de humildad, buen juicio y quizá también por temor a contrariar a la
autoridad, se denunció lo sobredimensionado de la fracción IX del Artículo
Tercero, que indicaba: “Para garantizar la prestación de
servicios educativos de calidad, se crea el Sistema Nacional de Evaluación
Educativa. La coordinación de dicho sistema estará a cargo del Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación…” (DOF. 2013). Lo cual
debió acotarse “a su verdadera dimensión,
ya que no existe evidencia alguna en el planeta que indique que la creación de
un sistema o institución de evaluación educativa garantice la prestación de
servicios educativos de calidad. A un sistema de evaluación corresponde medir,
calcular, diagnosticar, evaluar, determinar, recomendar o hasta juzgar y/o
denunciar el estado de situación o el futuro previsible de los servicios
educativos, pero en ningún caso garantizar su calidad, esto es responsabilidad
de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de sus homólogas estatales.”
(Palafox, 2013)
A
todo lo cual le pueden seguir muchos más argumentos, que por acción u omisión
hace que hoy día el INEE se extinga. Institución que no sin antes sucumbir dio
sus últimas “patadas de ahogado”, llenas igualmente de torpeza, desesperación y
desatino, mismas que solo abonaron a violentar su desaparición. En que cabeza
cupo el eslogan de “EN EDUCACIÓN A CIEGAS, NO” ¡Por favor! Pareciera que la humildad a la que convoca la vieja
máxima salmantina “Lo que natura non da,
Salamanca non presta” brilló por su ausencia, cómo es posible qué con
tantos pergaminos, tantos doctorados y tantos asesores super pagados, no se fue
capaz de dimensionar que dicha aseveración solo encierra petulancia, soberbia y
en última instancia, ignorancia.
Insinuar
que el INEE es el sumun de la verdad y la luz en educación, omite a múltiples
entidades que también hacen de su quehacer académico a la educación de nuestro
país, como El Colegio de México, el CIDE, el CINVESTAV, ISSUE-UNAM, la UNESCO, etc., que en
sus áreas especializadas hacen gala de profundo conocimiento crítico de la educación mexicana; como
también conlleva una sutil afirmación despectiva hacia José Vasconcelos, Torres
Bodet, Fernando Solana, Ramón G. Bonfil, Pablo Latapí, y muchos otros
académicos y educadores, insinuando que fueron ciegos o actuaron a oscuras, que
solo con la aparición del INEE la educación mexicana por vez primera tenía un
faro de luz, destino y norte ¡Por favor¡
Afirmación
que omitió reconocer con humildad la acción faraónica de cientos, que sino
miles, de especialistas, funcionarios, alumnos, padres de familia y sobre todo,
millones de docentes, que a lo largo del último Siglo llevaron al país de un
80% de analfabetismo en 1920 a menos del 5% 100 años después, periodo durante
el cual en promedio se incorporó a la población mexicana un millón más de
mexicanos año con año, al tiempo que se dieron las misiones culturales, la
creación de un verdadero órgano autónomo en materia educativa -la UNAM-, nacieron
también el Instituto Politécnico Nacional, el CONAFE, el INEA, el CAPFCE, el
Libro de Texto Gratuito, las Telesecundarias, las Universidades Estatales, los
Institutos Tecnológicos; así mismo, se logró la universalización de la
educación primaria, la expansión de la matrícula en preescolar y secundaria, y
decenas de verdaderas políticas de estado, que han hecho que a pesar de los
juicios lapidarios de propios y extraños, el sistema educativo mexicano sea uno
de los más grandes y diversos del planeta, con niveles de calidad muy cercanos
a los esperables para un país con 53 millones de sus habitantes en situación de
pobreza o pobreza extrema; lo cual de ninguna manera quiere decir que la tarea
se ha concluido y que podamos darnos por satisfechos, para nada, pero aseverar
que en educación se está a oscuras o a ciegas sin el INEE es un verdadero
despropósito ¡Por favor¡
De
hecho, hasta en materia de evaluación e indicadores educativos, hay que
reconocer que ya antes de que existiera el INEE, el propio Instituto registra
un sin número de acciones y experiencias evaluativas dentro de las que destacan
a nivel internacional nuestra participación en PISA y en el LLECE, así como a
nivel nacional muchas otras más (INEE, 2006); como también hay que recordar que
en el pasado distante y actualmente el sistema en el cual se basa gran parte de
los indicadores educativos de nuestro país, deriva indefectiblemente de un
instrumento de información que opera desde principios de los años 70’s del
Siglo pasado, medio Siglo atrás, el formato 911.
Hoy
tanta arrogancia pasa su factura, solo baste leer los comentarios coloquiales, que
suscita la campaña “En educación a obscuras, no” en las redes sociales, donde
de cada 30, 25 van desde la descalificación simpática e ingeniosa “INEE…
cesarios”, “INEE…xpertos”, “INEE...ptos” hasta los verdaderamente grotescos y
majaderos, pasando por algunos inteligentes y fundamentados. Pareciera que a
nosotros como herederos de aquella buena idea no nos asistió la humildad y buen
juicio, de tal suerte que para cerrar con broche de oro mientras el barco
zozobraba, no se optó por repartir el golpe derivado de la reducción sustantiva
de los recursos, sino que se prefirió cortar los brazos que empezaban a tejer
las redes que lo vinculaban con la realidad local objeto privilegiado de su
quehacer; pero además, insólitamente, su máxima autoridad no fue capaz dotar al
INEE de un consejero presidente, sino que en el último momento se le negó a la
institución contar con quien le dirigiera en su final, se abandonó el barco y
se dejó amarrados a sus capitanes solo por la soberbia de no saber dar un paso de
costado con dignidad y ceder los mandos.
Es
por todo lo anterior, que aun cuando mi posición en el INEE fue referida solo a
la gestión de recursos y que no me vinculé a la construcción de conocimiento o
la evaluación misma -por razones que no viene al caso mencionar en este espacio-,
de todas formas, me siento en la necesidad personal y en la obligación ética de
ofrecer una sincera y respetuosa disculpa a quien fuera el creador del hoy
extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación: a Felipe
Martínez Rizo y por extensión, al pueblo de México.
Referencias.
Clark
García-Dobarganes, Pablo. (2019) 'Sólo 30% de plazas docentes se asignó
legalmente': Imco. Recuperado de: https://www.excelsior.com.mx/nacional/solo-30-de-plazas-docentes-se-asigno-legalmente-imco/1296621
Diario
Oficial de la Federación, 2013. DECRETO por el que se reforman los artículos
3o. en sus fracciones III, VII y VIII; y 73, fracción XXV, y se adiciona un
párrafo tercero, un inciso d) al párrafo segundo de la fracción II y una
fracción IX al artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos DOF: 26/02/2013. Recuperado de: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5288919&fecha=26/02/2013
INEE,
2006. Políticas y sistemas de evaluación educativa en México Avances, logros y
desafíos. Recuperado de: https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/01/P1D206.pdf
INEE,
2019. Preguntas frecuentes. Recuperado de: https://local.inee.edu.mx/index.php/acerca-del-inee/preguntas-frecuentes.
Palafox Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2012) “La utopía
anunciada, la autonomía del INEE” Revista de Educación y Cultura AZ Núm. 64. pp
32 a 35. Diciembre de 2012. Recuperado de:
Palafox
Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2013). “Algunos apuntes para la legislación secundaria
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pp. 40 a 45. Mayo 2013. Recuperado de:
Palafox
Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2013). “Evaluación educativa: Elementos,
consideraciones e interpretaciones” Revista de Educación y Cultura AZ. Núm. 71.
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Palafox
Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2018). “La “MAL LLAMADA” Reforma Educativa
mexicana. Un debate contemporáneo provocador”. Recuperado de:
Senado
de la República. 2019. DICTAMEN de las comisiones unidas de puntos
constitucionales, de educación y de estudios legislativos segunda respecto de
la minuta con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan
diversas disposiciones de los artículos 3o., 31 y 73 de la constitución
política de los estados unidos mexicanos, en materia educativa. Recuperado de:
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