Hoy día, pero hace medio Siglo, se
cruzó en mi vida La Educación y desde entonces he dedicado la mayor parte de mi
vida profesional a ella.
Antes de ingresar ya como profesional
a la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México, había tenido otros trabajos
no tan glamorosos. Machetero de un camión de materiales de construcción, donde
aprendí que ser albañil es un oficio duro, noble y hasta divertido, ya que
entre la mina y la obra en ocasiones se daba el tiempo para detenernos en la
pulcata "La Tempestad" y tomarnos un tornillo de curado de piñón;
vendedor de huevo por pieza puerta a puerta, donde supe que a veces hablar mal
del producto, pero con gracia, hace que se venda más 
; vendedor de puerta
en puerta del diccionario conocido como El Pequeño Larousse, donde me enseñaron
que la cultura puede llegar a pesar mucho 
; finalmente trabajé
como aseador del departamento de hilatura en una fábrica de Nylon (FISISA), una
forma muy elegante de decir "mozo aseador de sanitarios, pisos y
desechos", en que aprendí que la educación media no hace la diferencia
cuando se busca empleo y que tenía que estudiar más, si quería algo mejor.
Ante ese escenario volví a la UNAM
para seguir mis estudios de Licenciado en Administración de Empresas, pero
entre medio el día de mi cumpleaños 22 mi padre me invitó a comer y me ofreció
las llaves de un departamento amueblado y de un auto económico para que yo
viviera en mejores condiciones -mis padres se habían separado años antes-, por
lo que yo me había convertido en lo que en aquellos años se conocía como
"hippie", vivía con el valioso apoyo de mi madre y los centavos que
obtenía en mis "chambitas". Ante tal ofrecimiento, lo único que se me
ocurrió decirle a mi padre fue "gracias papá, en verdad valoro mucho tu
ofrecimiento" y devolviéndole las llaves continué "si vos no tienes
inconveniente, preferiría que me ayudaras a conseguir trabajo y comprarme con
mi propio esfuerzo lo que ahora me ofreces", él se quedó pensativo y
mirando como si quisiera escudriñar mi alma y entender a cabalidad que pasaba
por mi mente en ese momento, finalmente recogió las llaves, me dijo "yo te
llamo" y nos dimos un abrazo de despedida extrañamente muy intenso, años
después, me comentó que esa había sido la mejor respuesta que él hubiera
esperado y que su alma se llenó de orgullo.
Así entonces, días después sonó el
teléfono de casa preguntando por mí de parte del Director General de Auditoría
e Inspección Administrativa de la SEP, indicándome la voz al otro lado de la línea
telefónica que me esperaban el siguiente lunes para una entrevista de trabajo,
fecha que después de dicha entrevista y el llenado de algunos formularios,
derivó en mi contratación en ese mismo acto como Oficial Administrativo
"A", que más bien debiera ser "HA", de hazme esto, hazme
aquello, hazme lo otro, etc. última categoría
administrativa en la SEP, pero que me permitió compaginar el trabajo con mis
estudios universitarios.
De ahí partió esta fantástica
aventura que ha sido trabajar para la EDUCACIÓN, tiempo en el cual he tenido la
oportunidad de aprender miles de cosas; de construirme un largo camino que
llega hasta hoy día; conocer y trabajar en las 32 entidades federativas de
México, en los 19 países que componen Latinoamérica y otros lugares más, así
como, en varios organismos internacionales; de experimentar miles de
circunstancias extraordinarias, interesantes, enriquecedoras, como también,
otras -las menos-, lamentables, penosas y hasta trágicas.
No es mi intención relatarles mi
currículum vitae, ni cada uno de los cargos, proyectos y también anécdotas que
han salpicado estos 50 años de metas logradas y otras no alcanzadas, sino que
solo deseo compartir con todos aquellos que me hacen el honor de leerme, este
día tan especial para mí, 16 de junio, agradecer a los que en su momento han
compartido este sendero, su apoyo, guía y enseñanzas, como también a quienes
quizá mi presencia no les fue grata, pero que igualmente y quizá sin
pretenderlo, también me ayudaron a construir este medio Siglo,
Mención especial, merecen mis viejos
qepd y mi familia por su amor, apoyo, paciencia y guía.
Gracias, muchas gracias.
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