http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=158802
Comentario de Juan Carlos Palafox Pérez de Salazar:
Estimada Blanca, no sé
si me recuerdas, mi nombre es Juan Carlos Palafox y trabajé en el tercer piso
del mismo edificio donde vos te desempeñaste como responsable de la Oficina de
la OCDE en México (Presidente Masaryk 526, Polanco), en cuyo momento yo era el
coordinador del área de educación de UNESCO-México (2006 a 2009) y en alguna
ocasión nos cruzamos o coincidimos en algún evento específico. Dicho lo
anterior, me atrevo a distraer tu atención, en primer término, para enviarte un
saludo afectuoso y en segunda instancia, para manifestarte varias inquietudes
que me surgen a partir de algunas notas que te he leído en distintos medios de
comunicación, en particular en tu nota publicada el día de hoy.
Si bien coincido con algunas partes de lo que vos argumentas, me parece que no incorpora todos los elementos de la ecuación, como corresponde a un fenómeno de la complejidad como lo es el tema educativo y su calidad.
Inicialmente en el artículo de referencia se dice:
Su primer cuestionamiento (aludiendo a la
Maestra Elba Esther Gordillo) se refiere “[a] quienes están legitimados para
decidir acerca de ella [la evaluación educativa], a partir de qué premisas y
qué se busca una vez obtenidos sus resultados”. Sus preguntas son válidas. El
problema, sin embargo, es que para ella la autoría de un determinado
instrumento de evaluación pareciera más importante que su contenido. Dicho más
claramente, a la Sra. Gordillo lo que no le gusta de PISA, por ejemplo, no
tiene que ver con si es o no un instrumento riguroso y mide bien lo que hay que
medir, sino con que su diseño y gestión sean coordinados por la OCDE.
En relación a lo
expuesto en este punto conviene precisar: 1. la OCDE no es especialista en la
materia educativa; 2. tiene un sesgo en cuanto al perfil de países que tienen
el mayor peso de decidir sobre el qué y cómo se construyen los instrumentos; y
3. sus instrumentos no evalúan a la totalidad de los educandos de la educación
de los países en que se aplica, sino solo a una muestra. En cuanto lo primero,
baste con una metáfora, si vos tuvieras un fuerte dolor de estómago, ¿te
atenderías con un veterinario? ciertamente el veterinario tiene conocimientos
sobre múltiples padecimientos, pero ¿no sería mejor atenderte primero por un
médico general o en caso dado por un gastroenterólogo? y solo a falta de ellos
recurrir al veterinario. En el segundo aspecto, relativo el sesgo inherente a
los instrumentos, vos, yo y todo mundo sabe que la OCDE es un Organismo en cuyo
seno participan con voz y voto países que generalmente pertenecen a los
llamados desarrollados (con algunas excepciones), cuyo peso específico en la
Organización y en lo que ella hace son determinantes, por lo que sus visiones
del mundo se filtran a sus instrumentos. Finalmente, la cobertura de los
instrumentos de PISA, a nivel de países no se aplica al total de los alumnos
sino solo a una muestra de chicos de 15 años de edad, mediante una prueba de
papel y lápiz, aplicada en una sola ocasión, por lo que da cuenta aparentemente
-parafraseando a los organismos de sesgo económico como la OCDE- del
"producto terminado" a nivel de país, lo cual según la Ley Orgánica
de la Administración Pública Federal y la Ley General de Educación, es
responsabilidad del Ejecutivo Federal y sus homólogos estatales, de nadie más.
Por lo que si hay alguien a quien responsabilizar del "producto
terminado" según el Estado de Derecho, es al Ejecutivo Federal, al
Secretario de Educación y a sus homólogos estatales. Y aquí cabe la pregunta, ¿están
dispuestos los Secretarios de Educación Estatales, el Secretario de Educación
Pública nacional y el Jefe del Ejecutivo Federal responsables por Ley de la
educación mexicana, a ser destituidos porque la educación mexicana salga mal en
las pruebas de PISA de 2012 a publicarse sus resultados a fines de este año? o ¿están
dispuestos a que se les aplique la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos a los funcionarios de las administraciones anteriores por dichos
resultados?, si no lo están arguyendo que no es posible compararnos con países
de realidades socioculturales distintas (comparar "peras con
manzanas"), ¿por qué entonces los maestros si deberán ser destituidos a
partir de una prueba muestral aplicada a poblaciones diferentes en condiciones
distintas? Y dado que es muestral ¿cuáles de los maestros deberían permanecer?
Por favor, esto no resiste el más elemental análisis.
En segunda instancia se dice:
Su segundo cuestionamiento apunta a que, según
ella (siempre refiriéndose a los dichos de la Maestra Gordillo), la evaluación
educativa que se viene aplicando en el país (ENLACE y PISA) no toma
suficientemente en cuenta el peso de factores tales como: “la nutrición de los
educandos, sus niveles de salud, el ambiente sociocultural en que se
desenvuelven, o las condiciones físicas y de equipamiento de las escuelas”
sobre el logro educativo. Lo ha dicho muchas veces, para la líder del SNTE las
causas de nuestro desastre educativo se ubican, sobre todo, en factores
extra-escolares, sobre los cuales ella y el gremio que representa no tienen
ningún control. Sin negar el impacto de esos factores sobre la calidad
educativa, la posición de la Sra. Gordillo revela irresponsabilidad sobre lo
que sí le toca a ella y a los docentes. Y eso que sí les toca y que es lo que
ocurre dentro de la escuela, importa y mucho. Así lo indica, entre otros, el
número inusualmente alto de escuelas mexicanas cuyos puntajes en PISA, por ejemplo,
son muy superiores a lo que sería esperable dado el nivel socioeconómico de su
alumnado.
En relación a estos
argumentos, me parece que para un periodista vale la expresión
"desastre", buscan vender su periódico, elevar su rating o ser
sintonizados en la radio, pero para cualquier académico me parece poco riguroso,
sin que de ninguna manera quiera yo decir
que el nivel educativo de México no sea preocupante, al igual que la pobreza,
la inequidad, la obesidad infantil, la corrupción, la impunidad, la violencia,
etc., aspectos que a la luz de los datos duros comparables a nivel mundial, si
pudiéramos emplear adjetivos mucho más crudos. Lo anterior lo digo como
académico, ámbito donde se acostumbra llamar a las cosas por su nombre, pero no
con adjetivos catastróficos y poco realistas cuando los datos duros comparables
a nivel mundial no lo justifican, y no solo cuando se compara con los países desarrollados,
calidad que no tenemos-. Por otro lado, no existe investigación dura en el
mundo, incluyendo PISA y ENLACE que no reconozcan que efectivamente el nivel
sociocultural de entrada de los alumnos es el factor que más explica los
rendimientos educativos de los alumnos en pruebas descontextualizadas como las
que estamos hablando y nunca he leído en sus informes el término
"desastre" y si “preocupante, complicado, deficitario, bajo, etc.”
Una regresión simple demuestra claramente que el rendimiento educativo de
México en PISA2009, vinculado -por ejemplo- con el Índice de Desarrollo Humano,
es muy cercano al esperado y por encima de países como: España, Estados Unidos, Irlanda,
Luxemburgo, Australia, Israel y Noruega, países pertenecientes a la OCDE. Asimismo, si se analizan los resultados sin
contextualizar de PISA2009 con la totalidad de los países participantes, entonces
México se ubica en el 3er cuarto de la distribución y no en el último. Lo
anterior indica que los maestros y el sector educativo mexicano logran los
resultados esperables según el estado de las demás variables del desarrollo del
país. (Una cosa puntual, que significa "número inusualmente alto",
eso no dice nada en un universo de alrededor de más de 150,000 escuelas
oficiales, ¿cuántas son inusualmente?, 5, 50, 500, 5,000, 50,000 ¿cuántas?)
Por último, en la nota se dice:
Su tercera crítica (igualmente referido a lo
dicho por la Maestra Gordillo) se refiere a las implicaciones para los docentes
del tipo de evaluación educativa por aplicarse en México. El modelo de
evaluación educativa sobre el que, pareciera, inspirarse la reforma aprobada
recientemente, en efecto, reconoce al docente como la piedra angular de la
calidad del sistema educativo y, en consecuencia, tendrá que vincular de alguna
forma y como ocurre en cualquier profesión normal, la permanencia y promoción
de los docentes en sus cargos con la evaluación justa y transparente de su
desempeño. Estos elementos no son un capricho, sino el resultado de la
investigación más sólida disponible a nivel nacional e internacional. Para la
Sra. Gordillo, sin embargo, estos detalles técnicos y, más generalmente, todo
lo relativo a la calidad de los aprendizajes de los alumnos, es pecata
minuta. Lo que a ella le importa es conservar la gestión monopólica de los
privilegios adquiridos de los docentes. De eso se trata su chamba.
En este punto coincido
con vos en "reconocer al docente como la piedra angular de la calidad del
sistema educativo y, en consecuencia, tendrá que vincular de alguna forma y
como ocurre en cualquier profesión normal, la permanencia y promoción de los
docentes en sus cargos con la evaluación justa y transparente de su desempeño",
si y solo si, esas dos palabras se cumplen, JUSTA Y TRASPARENTE, ambas características que hasta ahora no han
sido las que distinguen a PISA y a ENLACE, no porque sean injustas y/o turbias,
sino porque no les ha interesado serlo, solo han puesto su énfasis en ser
sistemas de medición y no necesariamente de evaluación, cuyos resultados además
han sido manipulados por los medios masivos de comunicación en forma por demás
descontextualizada, donde solo se ponderan las llamadas "carreras de
caballos", donde obviamente Chile (país donde radico) y México (mi país
natal) generalmente ocupan el penúltimo y último lugar respectivamente, ¿será entonces,
siguiendo tu línea argumentativa, que los resultados igualmente
"desastrosos" de Chile en PISA, también son culpa del SNTE? ¡¡¡POR
FAVOR!!! El mal llamado "desastre" en materia educativa, es
responsabilidad de quienes son también responsables de las demás variables del
desarrollo, quienes no se han puesto las pilas y en el caso de nuestro país
"han favorecido la política de dejar pasar y dejar hacer, si con ello garantizan
sus privilegios", culpemos a quienes son los culpables, responsabilicemos
a quienes son los responsables.
Ahora bien, todo lo
anterior de ninguna manera quiere decir que yo afirme que la educación Mexicana
o Chilena sea la que debiera ser, la que se desea y la que nuestros pueblos
merecen, lejos estamos de lo que existe en otras latitudes; ni que justifique
las malas prácticas que en materia sindical se dan en México, pero hay que
ponderar en su estricta dimensión los distintos componentes de la ecuación y
reconocer que ningún sindicato en toda la historia del sindicalismo a nivel
mundial, ha renunciado a defender la permanencia laboral de sus agremiados, o
¿es que si los hay? Y por obvias razones, la representación sindical no puede
esperanzarse a la locución conjuntiva o verbal “pareciera”, sino que su condición de representante de los derechos
adquiridos de sus agremiados le obliga a vigilar que lo que “pareciera”, efectivamente sea trasparente
y justo. En concreto, no esperarse a ver si sucede o no.
En fin, el asunto no es
lineal, es un fenómeno sumamente complejo, multifactorial, sistémico y
eminentemente cultural, por ello, hasta en tanto no haya claridad en las características
finas del modelo, no es dable, ni por partidarios ni por detractores de la
evaluación, calificar lo que apenas se esboza en la Reforma Educativa de bueno
o malo, esto no puede ser “un cheque en blanco”, merece y requiere ser objetivos,
constructivos y serios en el análisis, evitando las descalificaciones per se, de unos o de otros, que solo
abonan a la polarización de algo que es necesario, pero que debe dar todas las garantías
de validez, confiabilidad, trasparencia y justicia que exige el derecho del
pueblo de México a una educación de calidad.
Blanca, con todo lo
anterior solo pretendo aportar al debate educativo en este momento histórico
tan sui generis y trascendente de
nuestra patria y solo eso. Recibe un saludo afectuoso desde el verano austral
de Santiago de Chile.
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