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lunes, 1 de diciembre de 2014

Murió Roberto Gómez Bolaños, 'Chespirito'



http://noticieros.televisa.com/mexico/1411/cancun-ultimo-hogar-chespirito/

http://www.infobae.com/2014/12/01/1612319-la-despedida-chespirito-el-ultimo-capitulo-del-chapulin

http://www.24horas.cl/muerechespirito/los-memes-que-despiden-al-chavo-del-ocho-1512467

Quizá yo pertenezco a una generación que no disfrutó en su momento plenamente al Chavo y al Chapulín Colorado, y sin saberlo, del talento de Roberto Goméz Bolaños, porque cuando estos personajes empezaron (1968) tenía 18 años y mis preocupaciones -como las de muchos de mi generación- pasaban por la política coyuntural de aquellos turbulentos años o por el impacto de la subcultura hippie, lo cual nos llevó a una tonta des-calificación automática de ciertas expresiones de la cultura popular, que en mi caso personal debo confesar, no me permitió la altura de miras de siquiera ver un capítulo completo de estos personajes en su momento, pero si vi y disfruté de otros guiones de Don Roberto Goméz Bolaños en otros programas televisivos anteriores, sin saber bien a bien que eran producto de su talento (Cómicos y canciones, Chucherías, Viruta y Capulina, etc. 1960-65). Pero pasados muchos años después, a inicios de la década de los 90's tuve la oportunidad de empezar a viajar a lo largo y ancho de toda América Latina, y cual va siendo mi sorpresa que en todos esos viajes y en los 19 países latinoamericanos fui notando que en todos y cada uno de ellos, al menos una vez al día y los sábados y domingos hasta dos y tres veces, podía uno encontrarse en la televisión doméstica -abierta-, con repeticiones de los programas producto del talento e ingenio de este caballero -hecho que sigue sucediendo hasta el día de hoy-, por lo cual surgió en mi la curiosidad de mirar con los ojos no de niño, ni de adolescente, ni siquiera de joven, sino de adulto, de que se trataba ese fenómeno único en la televisión latinoamericana y que había nacido en mi tierra, descubriendo así, toda la ternura, sencillez, claridad, humanidad, calidez y buenas formas, que entre parodia y parodia destila esta expresión nada pretenciosa, sana y simple de talento contemporáneo, que trasciende fronteras, idiomas y culturas y que solo busca hacernos pasar momentos agradables con las aventuras de ese chiquillo pobre y desvalido -El Chavo- o del anti-héroe -El Chapulín Colorado- llenos de sabiduría popular, ingenio y simpatía. Descanse en Paz Don Roberto Goméz Bolaños CHESPIRITO.