Finalmente el análisis político sobre las entonces futuras elecciones políticas en México que publiqué el 20 de mayo pasado (http://jcpps.blogspot.com/…/…/elecciones-2015-en-mexico.html) se confirmó en su pronóstico pesimista, en general los meta-análisis de las encuestas previas por el método de la eliminación de los extremos se confirmó en las elecciones de este 7 de junio.
El gran ganador, EL ABSTENCIONISMO, nuevamente el abstencionismo es el comportamiento más generalizado del electorado mexicano, condición que si bien no es posible adjudicarle una posición específica “X”, si con su conducta abala en los hechos que las cosas sigan iguales.
En cuanto a los votos válidos realmente emitidos, el primer lugar muy a pesar de los vaticinios, sesudas interpretaciones, repudio, pataletas y descalificaciones de los "grandes gurues" y/o analistas políticos mexicanos (Roy Campos, Lorenzo Meyer, Carmen Aristegui, Enrique Krauze, Jorge Castañeda, Leo Zuckermann, Sergio Aguayo, Denise Dresser, etc.), es nuevamente por si solo el PRI quien obtiene la mayor adhesión, y si le sumamos a su aliado espurio el PVEM, se aleja aún más del segundo lugar; posición en la que si se observa un cambio con relación a 2012, donde si bien el PRD sumado al PT, al MC y ahora a MORENA que aunque no es aliado del PRD, si es una escisión de él, suman en conjuntos más votos que un PAN, quien no logra superar su descalabro de 2012, pero que si tiene una recuperación marginal y que sigue en tercera fuerza en un análisis de bloques.
Por lo que toca a las dos posibles sorpresas que apuntaba en ese mismo escrito del 20 de mayo, las dos se dieron en los hechos. En Nuevo León gana “El Bronco” y por primera vez en la historia reciente de México un candidato independiente, gana una gubernatura, en este caso una de las más importantes del país. En tanto por otra parte el Movimiento de Renovación Nacional MORENA obtiene casi la misma cantidad de votos que el PRD, el cual pierde adherentes sustantivamente, confirmándose el gran capital personal de Andrés Manuel López Obrador y su movimiento.
En cuanto al resto de partidos minoritarios, la situación más o menos continúa igual, su representatividad no impacta las votaciones y su importancia sigue siendo como factor que puede inclinar el fiel de la balanza.
Con lo anterior, queda de manifiesto un fenómeno político que más allá de las apasionadas descalificaciones viscerales y sus reduccionismos pueriles de los gurúes políticos, es digno de un análisis más serio, profundo y metódico. Porqué el PRI a pesar de todo –corrupción galopante, impunidad vergonzosa, resultados mediocres e incremento desmesurado de la violencia- sigue siendo el partido que logra la mayor adhesión electoral en México; porque las oposiciones tanto de derecha, como de izquierda son incapaces de superar sus diferencias y aglutinarse en torno a un programa de gobierno y vencer al PRI.
Esto no pasa por “la torta” y el “frutsi”, ni por las tarjetas de Soriana, como tampoco por “los acarreados”, etc., no insultemos la decisión del pueblo de México, hay algo más que merece un estudio duro, una investigación científica, un análisis serio y riguroso del fenómeno. Más allá de cualquier inclinación política que se tenga, este fenómeno es un hito en la historia mundial, es un caso sui-géneris, único y digno de profundización, de estudio y de reflexión seria, desapasionada y objetiva. El PRI a pesar de las opiniones más o menos fundamentadas de quienes hemos sido sus críticos, es la expresión política de México y de los mexicanos, es el modelo que ha gobernado al país 77 de los 200 años de su existencia; es el partido de estado que aceptó la alternancia, perdió el poder y recuperó el gobierno; es un partido que ha sido identificado en algún momento como de izquierda, en otros de centro y en otros más de derecha; etc., y que hoy nuevamente ratifica su liderazgo en un proceso más o menos democrático.
El PRI no es como algunos literatos han calificado “una dictadura”, no llena el concepto, no tiene esas características; el PRI en su primera etapa cada 4 y después cada seis años entregaba el poder de unas manos a otras, cambiando en los hechos el poder de un grupo a otro grupo, de una tendencia a otra, de una visión a otra; el PRI después de 70 años acepta los resultados electorales adversos y entrega el poder a un partido de oposición que gobierna al país durante 12 años; el PRI después de ese periodo recupera el poder y vuelve a gobernar por el voto popular mayoritario. Esto no se da en ningún país del mundo y con independencia de las críticas que uno pueda hacer de ello y de los pruritos democráticos que tenga uno, es el ideal –no confesado- de todos los institutos políticos de cualquier parte del mundo: mantenerse el mayor tiempo posible en el poder, y en caso de perderlo, recuperarlo por el voto popular lo más pronto posible y conservarlo por el lapso más prolongado que se pueda.
Todo esto va más allá de respuestas fáciles, como lo son la pobreza, la ignorancia, la falta de educación, la manipulación de la información, la compra de votos, etc., factores todos que en mayor o menor medida están presentes en la mayoría de los países, este fenómeno es mucho más complejo, es único, es mexicanamente puro; por lo mismo, merece dedicarle una verdadera investigación científico-sociológica-política dura, exhaustiva y profunda.
