Vistas de página en total

lunes, 26 de noviembre de 2018

La “MAL LLAMADA” Reforma Educativa mexicana. Un debate contemporáneo provocador.

Juan Carlos Palafox Pérez de Salazar.[*]
Estudios de Magister en Educación, con mención en Evaluación Educativa, por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación de Chile.
jcpps@hotmail.com




Resumen: La “MAL LLAMADA” Reforma Educativa Mexicana, actualmente está siendo cuestionada por quienes asumirán el nuevo gobierno mexicano, misma que si bien presentó desde sus inicios algunos equívocos importantes, como la omisión de la pedagogía y la didáctica en su planteamiento inicial, presenta problemas de foco, fuerza y dimensión, así como, una evaluación que más que “punitiva”, se ha tornado perversa; igualmente presenta aspectos rescatables que se deben de reconocer y no perder. Este ensayo argumentativo, busca resaltar para el lector que no esté familiarizado con el tema, algunos de los aspectos más relevantes de esta experiencia educativa, tanto positivos como negativos.
Palabras clave: Reforma Educativa mexicana. Evaluación punitiva.


Quizá dentro de los temas que más unanimidad concitaba en la atribulada sociedad mexicana de principios de la segunda década de este siglo XXI, con independencia de los temas de inseguridad, corrupción, inequidad y pobreza, está la necesidad de que el Estado mexicano volviera a retomar la rectoría en materia educativa[2]. Rectoría qué si bien nunca ha existido en el sentido estricto, purista y absoluto de la expresión, en virtud de ser este uno de los sectores más extensos y presentes a lo largo del territorio nacional, y por ende, de los más sujetos a presión política. Presión que lastimosamente en la primera década del presente siglo, llevó a transformarle en letra de cambio para la más alta magistratura del Estado mexicano y de sus aspirantes a ocuparle, quiénes, a cambio de pírricas ganancias electorales, cedieron hasta límites insospechados su control ante las cúpulas sindicales.

Ahora bien, lo que en la actualidad hace muy sui géneris a este tema, es que a diferencia de los otros asuntos que mencione al principio del párrafo anterior, en esta cuestión si hubo cambios. De hecho, es la única que suscitó una reforma constitucional, más allá de otras reformas que la presente administración realizó, pero que no fueron temas relevantes en el colectivo social, dícese de la reforma procesal penal, la energética, la laboral, etc. No, en el caso de los temas más preocupantes para la ciudadanía, el único que adquirió la estatura de Reforma Constitucional, fue la que muchos hemos denominado la “MAL LLAMADA” o sea la Reforma Educativa. Dicho esto, entonces porque ahora suscita tanto rechazo, encono y “sombrerazos”, mismos que han llevado en los últimos días a expresiones tales como la de algún prominente diputado de la nueva mayoría parlamentaria, el cual señaló: “no quedará ni una coma de la Reforma Educativa”. Que en ambas cámaras se han presentado varios puntos de acuerdo en los que se conmina a los representantes populares para reformar o hasta derogar dicha Reforma, mientras que, por otro lado, quien ha sido designado como probable nuevo Secretario de Educación en la nueva administración que tomará posesión a partir del 1º de diciembre de 2018, también manifiesta que es necesaria una revisión profunda del tema.

Así entonces, quizá lo primero que habrá que aclarar es el porqué del término “MAL LLAMADA”. En este sentido, es prudente traer a la mesa que, quien suscribe este texto, también consideró que la Reforma Educativa no fue tal, al menos en lo concerniente al ámbito Constitucional, para lo cual invito a los lectores a consultar el texto de mi autoría denominado "Algunos apuntes para la legislación secundaria de la Reforma Educativa Mexicana" (Palafox, 2013)[3], dentro del cual vale la pena rescatar en el subtítulo de “Análisis de las omisiones del texto de la Reforma” lo que señalo como tarea a resolver, para las que después fueron las leyes secundarias: “Quizá la omisión más relevante en el texto de la Reforma Educativa es la ausencia total de dos palabras: “pedagogía” y “didáctica” —el qué y el cómo del hecho educativo, su leitmotiv—. En este sentido se deberán traducir con toda precisión los aspectos pedagógicos y didácticos que se pretenden mejorar con la Reforma, de no hacerlo, ésta sólo será administrativa y laboral.”. Esta omisión garrafal arrastró hasta nuestros días a que dicha reforma fuera y sea etiquetada como la “MAL LLAMADA”.

Ahora bien, justo es decir qué si bien es cierto todo lo anterior, también lo es que al final de la administración se trató de revertir este estigma con el llamado “Nuevo Modelo Educativo”, mismo que apenas, en este agosto de 2018, entró en su primera etapa, la cual pareciera una manifestación seria de asumir el tema pedagógico y didáctico en la reforma con amplitud de criterio e innovadoramente, pero que tristemente llega tarde, cinco años después de iniciada la “MAL LLAMADA”. Lo cual más bien pone de manifiesto cierta incongruencia de este “faraónico” esfuerzo por asumir la rectoría de la educación por parte de la administración saliente, debido a que más allá de su buena intención, lo que evidencia es algo que se puede resumir en otra de esas expresiones populares, qué como muchas de ellas, contienen tanta sabiduría, al ser un claro ejemplo de lo que se conoce como: “poner la carreta delante de los bueyes…”, sin demérito de estos nobles animales.

Afirmo que el Nuevo Modelo Educativo llega tarde, en virtud de que cualquiera “con dos dedos de frente” en temas de planificación y gestión, sabe que toda acción de reforma debe de apuntar a un referente, a un objetivo o un “norte” que guíe, ordene y aglutine en su dirección todos los esfuerzos de lo que se quiere reformar. En este caso fue al revés: primero se hacen las leyes secundarias del Servicio Profesional Docente (SPD), del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y reformas a la Ley General de Educación, para años después, plantear el Nuevo Modelo Educativo.

Lo anterior, si nos refiriéramos al sector salud, podemos caricaturizarle como si primero se receta, posteriormente se compra el medicamento y más adelante se administra la medicina, para finalmente, y solo después de todo lo anterior, hacer los análisis para definir de que enfermedad se trata. Pero más allá de hipérboles, aun viendo las cosas con buena voluntad y que pudiéramos contemporizar, como consentimos en su momento con la necesidad de “dar un golpe de timón” por parte del ejecutivo federal, ante el desarreglo imperante en el manejo del sector hasta 2012[4], donde la cúpula sindical y su disidencia ya habían cooptado gran parte de la rectoría del sector educativo, se hace necesario explicar someramente a que nos referimos. La cúpula sindical institucionalmente accede a la titularidad de la Subsecretaría de Educación Básica en la persona del ex-yerno de la dirigente nacional del SNTE[5], así como a una cantidad importante de Secretarias de Educación de los estados y centenares de posiciones de la meso estructura educativa a lo largo y ancho del país. En tanto que la segunda -la disidencia sindical, la CNTE[6]-, a la sazón había logrado -aun cuando en pocas entidades federativas, si muy significativas por su pobreza y beligerancia-, acuerdos firmados por sus gobiernos locales donde se le cedió formalmente el control de la nómina magisterial (Palafox, 2012)[7]. Por lo anterior, es que el “golpe de timón” si bien fue necesario, equivocó el foco, la fuerza y la dimensión.

Quizá para muchos de los lectores que me han distinguido con su atención hasta aquí, mi última afirmación pueda parecer que no es justa o clara, razón por la cual se hace necesario diseccionar porqué me atrevo a hacer un juicio de valor tan categórico y contundente. En primer término la aparente solución equivocó el foco, porque quizá tan solo con golpear liderazgos y arrebatar controles administrativos al SNTE y a la CNTE –cosa que se hizo-, hubiese sido suficiente; pero lastimosamente no fue así, sino que sus acciones se extendieron a los docentes mismos, sometiendo a los mismos a lo que se ha dado en llamar “LA EVALUACIÓN PUNITIVA”, como si ellos hubiesen sido los culpables de que las cosas llegaran a los niveles de corrupción, desprolijidad y desaseo que llegaron. La culpa y responsabilidad fue solo, y solo, de los funcionarios públicos que abandonaron lo que les marca la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en su Artículo 38, y sus homologas estatales, que les mandata como responsables de la política educativa nacional. Ellos, y solo ellos, debieron ser el foco de la acción legal, administrativa y punitiva; ellos, y solo ellos, fueron los que entregaron su función y responsabilidades a los grupos de presión, grupos que por su naturaleza son eso, grupos de presión, en tanto que los funcionarios son legalmente imputables de abandonar sus responsabilidades. Sin embargo, ningún funcionario, ninguno de todos los que entregaron la rectoría de la educación a los grupos de presión (Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y sus equivalentes estatales) han sido llamados a cuentas, ni se les ha levantado denuncia por abandono de funciones, ni pliego de responsabilidades, ni se les ha aplicado “EVALUACIÓN PUNITIVA” alguna. Por ello, afirmo sin temor a dudas que el “golpe de timón” si bien, fue necesario, equivocó el foco.

Este “golpe,” si bien trastocó la estructura del SNTE con el encarcelamiento de su liderazgo[8], que hasta antes de la administración de Peña Nieto no negociaba con el Director General de Recursos Humanos o de Personal de la SEP como su interlocutor natural, ni con el Oficial Mayor[9] por excepción, o con el Secretario de Educación Pública insólitamente, sino que acordaba con el mismísimo inquilino de “Los Pinos”[10]; como también despojó a la CNTE del manejo discrecional y corrupto de los nombramientos educativos en los estados bajo su influencia; sino que sometió a los docentes titulados en las escuelas normales y la Universidad Pedagógica Nacional, como a los maestros en servicio, a absurdas sesiones de evaluación de alrededor de 6 horas para saber si eran “idóneos” para ser maestros de educación básica. Razón por la cual afirmo que equivocó la fuerza.

Por último, sobre la llamada “EVALUACIÓN PUNITIVA”, me referiré a lo que declaró el Secretario de Educación Pública cuando aún era Subsecretario de Planeación de dicha dependencia (Otto Granados), en diciembre de 2017 en el Seminario “La Reforma Educativa: Avances y desafíos” promovido por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), donde afirmó que hasta ese momento tan solo el 35% de la vacancia para ocupar plazas en educación obligatoria oficial, pasaba por el procedimiento de asignación desarrollado por la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (SPD); lo que implica el reconocimiento público[11] de que a 4 años de existencia de esta política, el nivel de cobertura de la misma es 65% ineficaz. Concomitante con lo anterior, el modelo del SPD es perverso, perverso en cuanto que como muchas otras políticas educativas del pasado, omitió en sus consideraciones de diseño, que el sistema educativo no es lineal, unívoco, ni sujeto a comportamientos instintivos, sino que es sistémico, multifactorial y eminentemente cultural; no lineal y si sistémico, porque no responde a relaciones directas de causa efecto, sino que una causa puede estar vinculada a múltiples efectos, o en su defecto un resultado puede ser la consecuencia de múltiples causas; por ende, tampoco es univoco y si multifactorial; como tampoco es instintivo como los actos de las demás especies, las cuales en condiciones iguales, influenciados por estímulos iguales, todos los individuos de una misma especie responden más o menos de la misma forma, en tanto que los seres humanos no cumplimos con esa premisa, sino que como dijera Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, lo cual se puede entender que por más que pensemos que algo va a producir un efecto, finalmente produce otro quizá totalmente opuesto al deseado, lo cual sucedió con esta política, ya que la misma al ofrecer a los docentes que según el SPD son los más idóneos el privilegio de seleccionar la plaza que más les plazca dentro de las vacantes, lo que produjo es que los “mejores” profesores, seleccionaron las plazas ubicadas en los centros escolares mejor ubicados, donde la población representa menores dificultades; en tanto los docentes “menos idóneos”, acabaron en los centros educativos donde está la población más carenciada, la que enfrentan los mayores problemas, con lo cual solo se agudizó la inequidad educativa; razones por las cuales afirmo, que equivocó la dimensión.

Paralelamente con lo anterior, está el tema del INEE, institución que también ha sido explícitamente cuestionada por quienes son mayoría en las cámaras y próximamente gobierno en México. Cuestionamientos que la ponen en el debate político y público, desde la clara intención de desaparecerle, mutilarle, o como mínimo, desvincularle del SPD, o quizá también darle un cambio de giro que le circunscriba a un ámbito más acotado aún por definir. Así las cosas, conviene de igual forma que en el tema del SPD como parte de la “MAL LLAMADA” explicar por qué también en este caso se equivocó el foco, la fuerza y la dimensión.

En primer término, quisiera referirme a la principal diferencia que derivó de la Reforma Educativa para el INEE, es decir la de ser dotado de “AUTONOMÍA” (Palafox, 2016), que no es independencia, como algunas personas equivocadamente interpretan. El INEE, aun cuando es autónomo, no es independiente, en tanto está vinculado parcialmente a las mismas reglas, presiones e influencias que las demás dependencias de gobierno; de hecho, aun cuando pareciera que es autónomo de la Secretaría de Educación Pública, por su conformación orgánica y su legislación no lo es tanto, debido a que su máximo órgano de gobierno, (la Junta de Gobierno) es seleccionada a partir de una propuesta de candidatos que propone la Secretaría de Educación Pública (SEP), para que el titular del Ejecutivo Federal seleccione una terna por cada miembro a elegir de dicha Junta, ternas de las cuales el Senado de la República determina en definitiva por mayoría calificada[12] quien de los incluidos en la terna será el nuevo consejero, decisión que no necesariamente está exenta del “cuoteo” político, donde a cambio de otras posiciones similares que son de más interés para el ejecutivo en turno[13], son cedidas a la oposición.

Por otra parte, la autonomía del INEE está limitada en forma práctica, por la misma razón que está limitada la de todos los demás entes autónomos, el presupuesto. O sea que, en tanto el presupuesto del INEE no derive de ingresos propios, o esté anclado a un impuesto específico o por ley a un irreductible, su quehacer dependerá del monto que apruebe la Cámara de Diputados, entidad que nunca como ahora está inclinada democráticamente hacia un sector poco cercano al INEE.

Pero, más allá de estos preámbulos, volvamos al enfoque que nos ocupa, el equívoco referente al foco, fuerza y dimensión de la “MAL LLAMADA” en el caso del INEE. Con relación a lo primero, es claro que la falta claridad entre las funciones y responsabilidades del INEE y el SPD, lo que en Sudamérica coloquialmente se conoce como “El rayado de cancha”, no lo fue tanto y ha traído como consecuencia la vinculación casi unívoca del INEE con la “EVALUACIÓN PUNITIVA”, cuando el INEE está tan solo llamado por ley a ser garante de la calidad de los instrumentos que se aplican por parte de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente de la SEP, y que los procedimientos cumplan con los protocolos establecidos. Lamentablemente, ni la SEP se preocupó por deslindar al INEE de las responsabilidades del SPD, ni el propio INEE supo cómo desvincularse de ello; dicho de una manera más coloquial y apoyándonos nuevamente en la sabiduría de los dichos populares, en el colectivo social y más aún entre los docentes “tanto peca, el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”, o como pudiera decirse en el ambiente penal “tan culpable es quien comete el crimen, como quien es su cómplice” o más suavemente, en este caso, no es posible dejar de ser corresponsable, por lo que en este tema igualmente se equivocó el foco.

En segundo lugar, el INEE nunca se manifestó públicamente ante lo absurdo, desproporcionado y agresivo de los procesos de evaluación de los docentes, los cuales, como ya comenté con anterioridad, en algunos casos se llegó en los hechos a ejercicios evaluativos de más de 6 horas de aplicación, exigencia que ni los propios candidatos a Consejeros del INEE se ven sometidos, por lo que se puede afirmar que se sobre dimensionó esta política y por tanto se equivocó la fuerza.

En tercer lugar, la Fracción IX de la Reforma Constitucional del Artículo 3º explícitamente inicia diciendo contundentemente: “Para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad, se crea el Sistema Nacional de Evaluación Educativa…”, Fracción que además responsabiliza al INEE, como su coordinador, ¡Vaya un despropósito!! No existe evidencia alguna en el planeta que indique que la creación de un sistema o institución de evaluación educativa garantice la prestación de servicios educativos de calidad. A un sistema o institución de evaluación educativa corresponde medir, calcular, diagnosticar, evaluar, determinar, recomendar o hasta juzgar y/o denunciar el estado de situación o el futuro previsible de los servicios educativos, pero en ningún caso garantizar su calidad, esto es responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de sus homólogas estatales, de ahí que afirme que se equivocó la dimensión.

Complementario a lo anterior, es de llamar la atención que en materia de foco, fuerza y dimensión pareciera que el INEE tiene un punto ciego en su percepción de la problemática educativa. Si bien, se reconoce por propios y extraños que en cumplimiento de otra parte de la misma Fracción IX, en donde le mandata la emisión de directrices que recomienden políticas y/o estrategias (no vinculantes) para atender o solucionar los grandes problemas educativos. El INEE ha puesto su foco en problemas educativos donde se concentran poblaciones altamente marginadas de los beneficios de la educación o donde se forman los docentes o en la deserción de la educación media superior;[14] también es cierto que omiten el que quizá es el mayor o más grande de los problemas de la educación mexicana, el rezago educativo en su más elemental concepción: “la población de 15 años o más que aún no concluye su educación secundaria” (foco). Condición cuyo impacto en los indicadores tradicionales y no convencionales de la calidad educativa es de gran trascendencia, en virtud de que en primer término arrastra el indicador general de años de escolaridad promedio del país a la baja; y, en segundo término, está asociado los niveles de rendimiento educativo en las pruebas internacionales como PISA, LLECE, TALIS, TIMSS, etc., como una de las variables altamente asociadas y explicativas de los resultados que se obtienen en ellas (fuerza). Que a su vez representa alrededor de 30 millones de mexicanos y mexicanas en esta situación, cifra equivalente a casi la misma cantidad de la población total que es atendida por el sistema educativo nacional en todos sus niveles, modalidades y controles (dimensión), problemática que a cinco años de iniciada la “MAL LLAMADA” sigue presente, no ha variado substancialmente, ni ha sido objeto de recomendaciones de política por parte del INEE.

Visto todo lo anterior, sería poco objetivo, realista y honesto, no reconocer que, como toda acción en la vida, hay componentes que son rescatables, aplaudibles y qué por ningún motivo, en opinión de quien suscribe estas letras, se puede dejar de reconocer y/o renuncia a ellos.

Así, en primer término, sería una verdadera insensatez dejar de continuar los esfuerzos por recuperar para el Estado los procesos de reclutamiento, selección, contratación y promoción de maestros, directores y supervisores de las escuelas públicas, bajo el criterio básico del mérito y protegiéndolos de caer nuevamente en el clientelismo, la corrupción y los compadrazgos, pero indefectiblemente acompañándolos con estrategias que reviertan las consecuencias perversas que ya aludimos párrafos anteriores. Estrategias como la canalización de compensaciones sustantivas y apoyos didácticos etiquetados unívocamente a las plazas cuya radicación sea en las comunidades que atienden a las poblaciones más vulnerables y necesitadas, compensaciones y apoyos que les hagan más atractivas que las plazas en comunidades urbanas de mediano y alto desarrollo, y que en caso de cambio de radicación de los docentes, dichas compensaciones y apoyos se queden en las comunidades y no migren junto con los docentes que abandonan estas comunidades. Si esto no se hace, la inequidad imperante en el país continuará reproduciéndose inexorablemente en el sector educativo.

Así mismo, la evaluación del desempeño docente es valiosa y no es recomendable dejar de ejecutarla, pero por ningún motivo en sesiones maratónicas, sino racionales y dosificadas; desvinculadas de las consecuencias duras que ahora observan, reorientándolas a detectar el impacto de sus resultados con los aprendizajes de sus alumnos, como una información de invaluable riqueza para determinar los programas de actualización de docente. Hay que reconocer igualmente que la evaluación previa al ingreso como se hace ahora es una suerte de premonición, de apuesta, de predicción y está dentro de la órbita de las técnicas de la administración de personal, de la selección de personal y por ende del resorte del área de recursos humanos; haber vinculado al INEE a este proceso ha sido un tremendo desatino que dicho instituto, en ejercicio de una verdadera autonomía, jamás debió consentir en ello; lamentablemente ahora es parte del estigma que provoca las expresiones condenatorias de sus detractores.

Adicionalmente a lo anterior, tampoco es recomendable que desaparezca el INEE, ni que se le retire la autonomía, hacerlo sería un verdadero desatino, sería tanto, como si en el sector salud, se renunciara a realizarse análisis clínicos de sangre para detectar indicios de posibles enfermedades y procesos para su curación, hacerlo retrasaría al sector salud 100 años atrás, cuestión que bien puede extrapolarse al sector educativo. Ahora bien, habiendo quedado claro que desaparecer el INEE sería una verdadera barbaridad, queda por justificar porque defender su autonomía; para lo cual me referiré a dos experiencias concretas de las cuales fui testigo. A mediados de la década de los 90’s se realizó por primera vez el TIMSS[15], estudio donde México iniciaba sus primeras experiencias a nivel internacional para saber cuál era el comportamiento de nuestro sistema educativo a partir de los resultados de pruebas estandarizadas que se aplicaban en muchos países del mundo. En cuya ocasión México insólitamente se negó a que sus resultados fueran publicados a decir de las autoridades de aquellos años: “porque los procesos de aplicación no acreditaban la validez y confiabilidad de los resultados”; argumento, únicamente esgrimido por nuestro país; en la realidad lo que se hizo fue ocultar lo que todos los demás estudios internacionales y regionales posteriores han confirmado: que nuestra educación no es tan buena. Por otra parte, a finales de la misma década, y siendo quien suscribe este ensayo consultor permanente del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), también nuestro país trató de boicotear con los mismos argumentos, la publicación de los resultados del Primer Estudio Internacional sobre Lenguaje, Matemática y Factores Asociados que la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe había realizado con la participación de 13 países de la región; donde los resultados ni siquiera nivel de la Región eran de los mejores. Ambas experiencias son un claro ejemplo de que es necesario salvaguardar la autonomía del INEE con el objeto de garantizar que no se caiga en la simulación o en la omisión dolosa de nuestra realidad educativa para tratar de maquillar resultados y con ello que toda la sociedad mexicana ignore el estado de situación en materia educativa.

En síntesis, muchas reformas educativas se han realizado y se realizarán en el futuro en nuestra región, por lo que conviene mirar la experiencia mexicana con sus aciertos y errores, para dentro de lo posible recuperar los primeros y tratar de evitar los segundos, no hacerlo así, genera muchos desgastes innecesarios y posterga nuestro desarrollo. En educación hay que dejarse de frivolidades; ninguna acción humana es perfecta, aceptemos los errores, desatinos e incorrecciones que hasta el momento se han cometido. Como tampoco ninguna acción es totalmente imperfecta; cuidemos y rescatemos, entonces, lo bueno que hasta ahora se ha construido. No caigamos en los absolutos, es necesario una actitud madura, seria y responsable, la educación mexicana y de la región no es la más mala de las que se tiene conocimiento en el planeta, como tampoco está dentro de las mejores. De hecho, existe evidencia de qué a pesar de no ser de excelencia, la educación en nuestros países está cerca de lo esperable según el nivel general de desarrollo que tenemos (Palafox, 2017). Fortalezcámosla, cuidémosla, apoyemos lo bueno, desechemos lo malo, actuemos con la responsabilidad histórica que nos demandan las nuevas generaciones y pongamos el hombro para mejorar los actuales niveles educativos de nuestros países; las nuevas generaciones del futuro merecen nuestro mejor esfuerzo.


Bibliografía.

Gobierno de México. (2013). Diario Oficial de la Federación DOF: 26/02/2013. DECRETO por el que se reforman los artículos 3o. en sus fracciones III, VII y VIII; y 73, fracción XXV, y se adiciona un párrafo tercero, un inciso d) al párrafo segundo de la fracción II y una fracción IX al artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Recuperado de http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/pdf/promulgacion_dof_26_02_13.pdf
Gobierno de México. (2013). Diario Oficial de la Federación DOF 15/06/2018. Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Cámara De Diputados Del H. Congreso De La Unión. Secretaría General. Secretaría de Servicios Parlamentarios. Última Reforma. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/153_150618.pdf
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, y la Cultura (UNESCO). (1998). Primer Estudio Internacional Comparativo. Sobre Lenguaje, Matemática y Factores asociados, para alumnos del Tercer y Cuarto grado de la educación básica. Santiago, Chile: Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). (2016a). PISA 2015 Results (Volume I): Excellence and Equity in Education.  París; Autor. doi: http://dx.doi.org/10.1787/9789264266490-en
Palafox, Juan Carlos. (2012). “La Evaluación Universal de Maestros, la efervescencia gremial, la calidad educativa y la ceguera del sector” J. C. Palafox. En la revista virtual “El Club de la Educación Virtual: Ensayos sobre educación en el contexto mexicano (Educación comparada)” Chile, pp. 74-88 2012. Recuperado de https://issuu.com/depunet/docs/depunet_febrero
Palafox, Juan Carlos. (2013). "Algunos apuntes para la legislación secundaria de la Reforma Educativa Mexicana" “Revista de Educación y Cultura, A Z”,  páginas 40 a 45. Recuperado de http://www.educacionyculturaaz.com/069/069-AZMAYO2013.pdf
Palafox, Juan Carlos. (2016). “La utopía anunciada, la autonomía del INEE”. Palafox, Juan Carlos. Revista de Educación y Cultura A Z.  PP. 32 a 35. Recuperado de http://www.educacionyculturaaz.com/064/064-AZDICIEMBRE2012.pdf
Palafox, Juan Carlos. (2018). “PISA. Análisis comparado 2000 a 2015. Indicios esperanzadores”, Revista “Voces de la Educación”. Vol.3 Núm. 5  pp. 139-169. Recuperado de https://www.revista.vocesdelaeducacion.com.mx/index.php/voces/article/view/99/83.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2002). Human Development Report 2002. Deepening democracy in a fragmented world. New York, Oxford: Oxford University Press. Recuperado de http://hdr.undp.org/sites/default/files/reports/263/hdr_2002_en_complete.pdf
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2018). Informes de Desarrollo Humano. Recuperado de http://hdr.undp.org/en/global-reports
Real Academia Española. (2018). Diccionario de la lengua española. Recuperado de






[*]  El autor de este ensayo argumentativo, ha sido consultor internacional en temas de planificación, sistemas de información y evaluación educativa en organismos como la UNESCO, la OEI, el Preal y el Banco Mundial, y de los Ministerios de Educación y Cultura de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, México y Uruguay; así mismo, asume la responsabilidad total por lo aquí expresado y manifiesta que no necesariamente refleja el punto de vista de organismo, institución o dependencia alguna.
[2] Conviene mencionar que el Sistema Educativo Mexicano es uno de los más grandes del mundo, que según las cifras publicadas por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en “El Panorama Educativo de México 2017”, lo integran 36,604,251 alumnos, 1,945,365 docentes y 254,430 planteles educativos. http://publicaciones.inee.edu.mx/buscadorPub/P1/B/116/P1B116.pdf  Pág. 50.
[4] Breve comentario a lo expresado por Aurelio Nuño, parte del equipo de transición de Enrique Peña Nieto en materia educativa, quien expreso que uno de los principales retos de la educación mexicana es que la rectoría del sector vuelva a manos del Estado Mexicano. http://www.eluniversal.com.mx/nacion/201386.html
Comentario de Juan Carlos Palafox Pérez de Salazar: viernes 2 de 2012.
[5] Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, SNTE. reúne a los Trabajadores de la Educación (personal docente de educación básica, personal de apoyo y asistencia a la educación del catálogo institucional de puestos de la secretaría de educación pública, personal docente y no docente del modelo de educación media superior y (homologados) personal del INBA e INAH), todos dependientes de la Secretaría de Educación Pública y de Educación en todos los estados de la República mexicana. Se calcula que tiene más de 1,500,000 trabajadores afiliados.
[6] Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE. Organización sindical mexicana que se creó el 17 de diciembre de 1979 como una alternativa de afiliación al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) por grupos de maestros disidentes del SNTE del sur del país. Con representación principalmente en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y la Ciudad de México.
[7] Tema que comenté en la primera página del ensayo argumentativo que se publicó como “La Evaluación Universal de Maestros, la efervescencia gremial, la calidad educativa y la ceguera del sector” J. C. Palafox. En la revista virtual “El Club de la Educación Virtual: Ensayos sobre educación en el contexto mexicano (Educación comparada)” pp. 74-88 Chile, 2012.
[9] Figura administrativa de alto nivel, encargada de la gestión de los recursos Humanos, Materiales y Financieros de los ministerios en México.
[10] Residencia Presidencial.
[11] Fui testigo presencial de esta declaración en el auditorio del INEE.
[12] Dos terceras partes de los votos del senado en quorum válido.
[13] Por ejemplo, las del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
[14] Directrices sobre la formación Inicial de los docentes, sobre la atención de las niñas, niños y jóvenes hijos de jornaleros migrantes, sobre sobre la atención de las niñas, niños y jóvenes de las poblaciones indígenas, sobre la deserción de la educación media superior, etc.
[15] El Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias (del inglés Trends in International Mathematics and Science Study, TIMSS) es una evaluación internacional de conocimientos de matemáticas y ciencias de los estudiantes inscritos en los grados cuarto y octavo a nivel internacional.

domingo, 25 de noviembre de 2018

A una semana México...

A una semana México...
Verdad es que desde hace varios meses que no he vuelto a este espacio para expresar ideas, reflexiones o pensamientos de distinta índole, pero lo que va a suceder en mi amada tierra en tan solo una semana es algo que bien vale la pena poner de relieve.
Se que corro el riesgo de ser criticado y puesto en la picota de epítetos poco afortunados por lo que voy a escribir, pero lo que mi país va a experimentar próximamente es de tal envergadura y de una naturaleza tan trascendente, que bien vale la pena correr el riesgo y manifestarse ante ello.
Con independencia de las respetables posiciones políticas que cada uno tenga, nadie puede negar que hace unos meses sucedió un hecho insólito en México, justo el 1o de julio pasado, primera vez, en un proceso democrático poco acostumbrado en nuestro país, se eligió por mayoría absoluta -poco más del 53% de los votos válidos- a quien por los próximos 6 años llevará las riendas de la nación.
Este hecho, visto en la perspectiva histórica de México ya es de por si un hito, hito que da cuenta de muchas cosas. Entre otras: 1. La democracia, más allá de todos los cuestionamientos y su consubstancial imperfección -sobre todo en mi tierra-, EXISTE. 2. Prueba de lo anterior, es que quien ganó ese proceso electoral, es quien concitó el más amplio rechazo de la mayor parte de las estructuras de poder o de quienes sin ser parte de ellas, se identifican con las mismas. 3. Todo ello sucedió por encima y a pesar de las consabidas prácticas de manipulación electoral y fraude que en México "son el pan nuestro de cada día" en cada proceso electoral, y 4. Dentro de una semana se inicia una experiencia ÚNICA en el contexto de la historia contemporánea del país: ascenderá a la máxima magistratura de la nación un hombre que en los últimos 20 años se ha opuesto al modelo imperante, a las estructuras de poder, a lo que el mismo en su momento llamó la "oligarquía" mexicana.
Pero más allá de reflexiones históricas, lo importante es que en una semana más casi podría afirmar sucederán algunas cosas inéditas en el horizonte mexicano. Mismas que van desde lo meramente escenográfico, hasta quizá como el nuevo "manda-más" ya ha anunciado, "La cuarta transformación de México".
Digo escenográfico, porque es muy probable que el día 1o de diciembre próximo (2018) suceda algo verdaderamente heteróclito; que un acto netamente protocolario y político, se transforme en un evento mediático que eleve al nivel máximo nunca visto el ranking televisivo, por encima de lo logrado por hazaña deportiva alguna o el espectáculo artístico popular más esperado, o el hecho de cualquier naturaleza que se haya suscitado en nuestra patria; es más, casi me podría atrever a predecir que durante el discurso de toma de posesión del nuevo presidente de todos los mexicanos, el país se paralizará, la Ciudad de México quedará semi-desierta, como se ve los viernes de Semana Santa o las tempranas mañanas de los días 1 de cada año nuevo, cuando una gran parte de la gente sale de la capital de vacaciones, en el primer caso; o está dormida descansando después de los festejos y parrandas de la noche anterior en el segundo.
Así mismo, quizá asistiremos al banderazo de salida de una verdadera transformación política, económica y social de la nación. Transformación que quienes no votaron por este caballero, los que hasta les provoca urticaria su ascenso al poder, también desean, sueñan que suceda, porque en el fondo son igual de patriotas que aquellos que de buena fe han creído en él y le entregaron su voto con la esperanza de que México minimice la crisis de valores que la corrupción e impunidad reinante nos han impuesto, que además crezca, se pacifique; que vuelva a ser el país que con defectos y complicaciones era un buen lugar para vivir y un buen lugar para que nuestros hijos y nietos crecieran.
A partir de ello, pasarán miles de cosas, algunas de ellas esperadas, otras no; para algunos, pasará como un hecho más, para otros, quizá nos afecte profundamente; pero lo que sí, es desde aquel 1 de julio pasado, nadie puede negar que quien ocupará el próximo domingo la silla presidencial ha marcado para bien o para mal la agenda nacional, nunca en las 68 vueltas al sol que llevo de viajar en esta nave espacial llamada tierra, se había dado en México que el presidente electo fuera quien definiera el día a día de la nación antes de asumir como jefe de la nación.
A ciencia cierta, no se si el resultado de esta situación al final del día será lo mejor para la patria o no, ni creo que nadie en su sano juicio pueda apostar sobre ello, pero quiero creer que es una oportunidad de buena ventura, de reinicio venturoso, de un empezar de nuevo esperanzador. Soy optimista y por ello apuesto, otra vez creeré, otra vez pondré lo mío en el juego, nuevamente creeré en esté México tan mío y nuestro, otra vez me jugaré por él. A una semana México…