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miércoles, 15 de mayo de 2019

INEE. Una mezcla de crítica, lamento y disculpa.


INEE. Una mezcla de crítica, lamento y disculpa.


Tristeza, pena y vergüenza me embarga ver como todo un gran proyecto, que casi logra consolidarse como programa, finalmente como se dice coloquialmente en Chile, “se va a la punta del cerro…”

Hoy día 15 de mayo de 2019 la idea de alguien cuya intención solo fue aportar algo útil a la educación mexicana, se extingue, se apaga y deja de ser formalmente; aquella idea, sueño y propósito que vio la luz del día el 8 de agosto de 2002 (2019 INEE), hoy por acuerdo presidencial, por la votación mayoritaria calificada de las dos Cámaras del Congreso de la Unión y por la aprobación de la mayoría de las legislaturas estados de la República, desaparece.

Hoy después de casi 17 años, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el INEE, deja de existir. Ese INEE que el 27 de febrero de 2013 con bombos y platillos asumió pomposamente el carácter de ORGANISMO PÚBLICO AUTÓNOMO (Diario Oficial de la Federación, 2013), da un forzado paso al costado, para dar vida a un nuevo “organismo público descentralizado, con autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión, con personalidad jurídica y patrimonio propios, no sectorizado” (Diario Oficial de la Federación, 2019), con lo cual pareciera que finalmente se me da la razón cuando afirmé en 2012 sobre la autonomía del INEE: “aun cuando su autonomía es conveniente, no aportará gran cosa a la mejora educativa por sí misma” (Palafox. 2012).

Hoy, el sueño de un gran profesional, de un hombre comprometido con la educación mexicana llega a su fin. El INEE logró muchas cosas, miles, muchas de ellas buenas, excelentes las más, pero en definitiva, tan solo duró poco más de 16 años y hoy asistimos a su ocaso, el cual quizá se deba precisamente a que sus últimos sucesores y quienes formamos parte de él, volamos demasiado alto sin haber entendido a cabalidad la responsabilidad e importancia en que se incurría al adquirir la calidad de ORGANISMO PÚBLICO AUTÓNOMO, sino que se siguió siendo comparsa de la autoridad federal que nos concedió dicha calidad, sin hacer honor a la misma y sin asumir el papel que se esperaba del INEE Autónomo, en tanto que (Palafox. 2018):
     1.     Nunca, haciendo gala de un juicio técnico riguroso y autónomo, nos opusimos a participar en el Servicio Profesional Docente (SPD), estrategia qué si bien en principio pareciera una medida lógica, justa y racional, en los hechos según el propio exsecretario de Educación Pública (Otto Granados) a diciembre de 2017 solo el 30% de la vacancia cumplía con las normas y procedimientos exigidos[1], hecho también denunciado por el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (Clark, 2019).
     2.     Nunca, se denunció pública y oficialmente los efectos perversos del SPD en detrimento de la calidad y equidad educativa, modelo que no fue acompañado de estímulos económicos y educativos que hicieran más atractivas las plazas donde están las poblaciones más carenciadas y necesitadas del país; lo cuál en los hechos, hizo que los mejores docentes se destinaran a las mejores escuelas y los que obtenían los menores puntajes se les ofrecieran las plazas en las zonas más marginadas.
      3.     Nunca, logramos ni siquiera como el borrico de la fábula, “tocar la flauta” que nos permitiera desligarnos de nuestro karma, el SPD; nunca por más recursos que se invirtieron y cambios realizados, se entendió que las campañas de difusión para desligarnos de las responsabilidades que corresponden a otros, no debían ser en los escaparates comerciales donde sacian sus curiosidades las clases distantes de nuestra población objetivo, sino que debieron ser dirigidas a donde abrevan la información los docentes.
     4.     Nunca tampoco, se denunció que el problema de la corrupción, venta de plazas y demás vicios de la gestión del sector educativo no fue -ni es- responsabilidad de los docentes, por lo que nunca se debió de haber instrumentado medidas que pusieran en el entredicho social su labor y desempeño profesional; debiendo sí, denunciar a quienes incurrieron en responsabilidad legal y hasta penal por esos hechos, las autoridades de turno, qué a cambio de pírricas ganancias electorales, renunciaron a la obligación que la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal les establece de ser los rectores del sistema educativo mexicano (Artículo 39).
      5.     Nunca, se asumió que “la evaluación educativa no es un fin en sí mismo, ni representa la fundación del sistema educativo mexicano, éste, deviene de muchas décadas atrás y está compuesto por diversas acumulaciones históricas, producto de varias generaciones de mexicanos y mexicanas”. (Palafox, 2013).
     6.     Nunca, por falta de humildad, buen juicio y quizá también por temor a contrariar a la autoridad, se denunció lo sobredimensionado de la fracción IX del Artículo Tercero, que indicaba: Para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad, se crea el Sistema Nacional de Evaluación Educativa. La coordinación de dicho sistema estará a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación…” (DOF. 2013). Lo cual debió acotarse “a su verdadera dimensión, ya que no existe evidencia alguna en el planeta que indique que la creación de un sistema o institución de evaluación educativa garantice la prestación de servicios educativos de calidad. A un sistema de evaluación corresponde medir, calcular, diagnosticar, evaluar, determinar, recomendar o hasta juzgar y/o denunciar el estado de situación o el futuro previsible de los servicios educativos, pero en ningún caso garantizar su calidad, esto es responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de sus homólogas estatales.” (Palafox, 2013)
            
A todo lo cual le pueden seguir muchos más argumentos, que por acción u omisión hace que hoy día el INEE se extinga. Institución que no sin antes sucumbir dio sus últimas “patadas de ahogado”, llenas igualmente de torpeza, desesperación y desatino, mismas que solo abonaron a violentar su desaparición. En que cabeza cupo el eslogan de “EN EDUCACIÓN A CIEGAS, NO” ¡Por favor! Pareciera que la humildad a la que convoca la vieja máxima salmantina “Lo que natura non da, Salamanca non presta” brilló por su ausencia, cómo es posible qué con tantos pergaminos, tantos doctorados y tantos asesores super pagados, no se fue capaz de dimensionar que dicha aseveración solo encierra petulancia, soberbia y en última instancia, ignorancia.

Insinuar que el INEE es el sumun de la verdad y la luz en educación, omite a múltiples entidades que también hacen de su quehacer académico a la educación de nuestro país, como El Colegio de México, el CIDE, el CINVESTAV, ISSUE-UNAM, la UNESCO, etc., que en sus áreas especializadas hacen gala de profundo conocimiento crítico de la educación mexicana; como también conlleva una sutil afirmación despectiva hacia José Vasconcelos, Torres Bodet, Fernando Solana, Ramón G. Bonfil, Pablo Latapí, y muchos otros académicos y educadores, insinuando que fueron ciegos o actuaron a oscuras, que solo con la aparición del INEE la educación mexicana por vez primera tenía un faro de luz, destino y norte ¡Por favor¡

Afirmación que omitió reconocer con humildad la acción faraónica de cientos, que sino miles, de especialistas, funcionarios, alumnos, padres de familia y sobre todo, millones de docentes, que a lo largo del último Siglo llevaron al país de un 80% de analfabetismo en 1920 a menos del 5% 100 años después, periodo durante el cual en promedio se incorporó a la población mexicana un millón más de mexicanos año con año, al tiempo que se dieron las misiones culturales, la creación de un verdadero órgano autónomo en materia educativa -la UNAM-, nacieron también el Instituto Politécnico Nacional, el CONAFE, el INEA, el CAPFCE, el Libro de Texto Gratuito, las Telesecundarias, las Universidades Estatales, los Institutos Tecnológicos; así mismo, se logró la universalización de la educación primaria, la expansión de la matrícula en preescolar y secundaria, y decenas de verdaderas políticas de estado, que han hecho que a pesar de los juicios lapidarios de propios y extraños, el sistema educativo mexicano sea uno de los más grandes y diversos del planeta, con niveles de calidad muy cercanos a los esperables para un país con 53 millones de sus habitantes en situación de pobreza o pobreza extrema; lo cual de ninguna manera quiere decir que la tarea se ha concluido y que podamos darnos por satisfechos, para nada, pero aseverar que en educación se está a oscuras o a ciegas sin el INEE es un verdadero despropósito ¡Por favor¡

De hecho, hasta en materia de evaluación e indicadores educativos, hay que reconocer que ya antes de que existiera el INEE, el propio Instituto registra un sin número de acciones y experiencias evaluativas dentro de las que destacan a nivel internacional nuestra participación en PISA y en el LLECE, así como a nivel nacional muchas otras más (INEE, 2006); como también hay que recordar que en el pasado distante y actualmente el sistema en el cual se basa gran parte de los indicadores educativos de nuestro país, deriva indefectiblemente de un instrumento de información que opera desde principios de los años 70’s del Siglo pasado, medio Siglo atrás, el formato 911.

Hoy tanta arrogancia pasa su factura, solo baste leer los comentarios coloquiales, que suscita la campaña “En educación a obscuras, no” en las redes sociales, donde de cada 30, 25 van desde la descalificación simpática e ingeniosa “INEE… cesarios”, “INEE…xpertos”, “INEE...ptos” hasta los verdaderamente grotescos y majaderos, pasando por algunos inteligentes y fundamentados. Pareciera que a nosotros como herederos de aquella buena idea no nos asistió la humildad y buen juicio, de tal suerte que para cerrar con broche de oro mientras el barco zozobraba, no se optó por repartir el golpe derivado de la reducción sustantiva de los recursos, sino que se prefirió cortar los brazos que empezaban a tejer las redes que lo vinculaban con la realidad local objeto privilegiado de su quehacer; pero además, insólitamente, su máxima autoridad no fue capaz dotar al INEE de un consejero presidente, sino que en el último momento se le negó a la institución contar con quien le dirigiera en su final, se abandonó el barco y se dejó amarrados a sus capitanes solo por la soberbia de no saber dar un paso de costado con dignidad y ceder los mandos.

Es por todo lo anterior, que aun cuando mi posición en el INEE fue referida solo a la gestión de recursos y que no me vinculé a la construcción de conocimiento o la evaluación misma -por razones que no viene al caso mencionar en este espacio-, de todas formas, me siento en la necesidad personal y en la obligación ética de ofrecer una sincera y respetuosa disculpa a quien fuera el creador del hoy extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación: a Felipe Martínez Rizo y por extensión, al pueblo de México.




Referencias.

Clark García-Dobarganes, Pablo. (2019) 'Sólo 30% de plazas docentes se asignó legalmente': Imco. Recuperado de: https://www.excelsior.com.mx/nacional/solo-30-de-plazas-docentes-se-asigno-legalmente-imco/1296621

Diario Oficial de la Federación, 2013. DECRETO por el que se reforman los artículos 3o. en sus fracciones III, VII y VIII; y 73, fracción XXV, y se adiciona un párrafo tercero, un inciso d) al párrafo segundo de la fracción II y una fracción IX al artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos DOF: 26/02/2013. Recuperado de: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5288919&fecha=26/02/2013

INEE, 2006. Políticas y sistemas de evaluación educativa en México Avances, logros y desafíos. Recuperado de: https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/01/P1D206.pdf

INEE, 2019. Preguntas frecuentes. Recuperado de: https://local.inee.edu.mx/index.php/acerca-del-inee/preguntas-frecuentes.

Palafox Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2012) “La utopía anunciada, la autonomía del INEE” Revista de Educación y Cultura AZ Núm. 64. pp 32 a 35. Diciembre de 2012. Recuperado de:

Palafox Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2013). “Algunos apuntes para la legislación secundaria de la Reforma Educativa Mexicana” Revista de Educación y Cultura AZ. Núm. 69. pp. 40 a 45. Mayo 2013. Recuperado de:

Palafox Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2013). “Evaluación educativa: Elementos, consideraciones e interpretaciones” Revista de Educación y Cultura AZ. Núm. 71. pp. 38 a 45. Julio 2013. Recuperado de:  http://www.educacionyculturaaz.com/071/071-AZJULIO2013.pdf  

Palafox Pérez de Salazar, Juan Carlos. (2018). “La “MAL LLAMADA” Reforma Educativa mexicana. Un debate contemporáneo provocador”. Recuperado de:

Senado de la República. 2019. DICTAMEN de las comisiones unidas de puntos constitucionales, de educación y de estudios legislativos segunda respecto de la minuta con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los artículos 3o., 31 y 73 de la constitución política de los estados unidos mexicanos, en materia educativa. Recuperado de:



[1] Fui testigo presencial de esta declaración en el auditorio del INEE en diciembre de 2017.